martes, 12 de febrero de 2008

El misterio de toda virgen


Piedras grises asemejando a los grandes monumentos, edificios inmensos para dar rienda suelta a la devoción de los fieles y una leyenda desgastada y sobre-utilizada por toda la geografía. Ingredientes normales para una tarde turística, pero por desgracia el turismo va bajándose los pantalones ante los negocios y hace ya tiempo que no sabe como se abrochan.

Inmensas cruces por todas partes, puntos preciosos creados expresamente para sentirte único, para que una falsa sensación sobrenatural te traspase. Un ambiente en el que lo espiritual vibre, en el que la brisa y las nubes te recojan y te trasladen sin mover tus pies. Un perfecto decorado para la mejor farsa de la historia.
Sería perfecto el paraje para poder liberar el interior, para respirar unos segundos sin nada más, pero no es así. ¿De qué iba a servir llegarte a tan sagrado lugar sin compran una vela que asegure tu bienestar y el de los tuyos? ¿Cómo vas a irte sin recibir la bien vendida bendición? ¿Y si además puedes curarte de todos tus males? ¿Vas a dejar pasar la ocasión? Cuidado, ya tienes los pantalones a la rodilla.
Por supuesto que no, ¿cuanto he de pagar para que los daños de mi edad se vayan? Con mis ochenta y muchos años quiero que la virgen me libre de los achaques de la edad, quiero que me devuelva a mis veintitrés, ¿Qué es el curso normal de la vida? ¿Qué es el azar? ¿Qué del rol que cada uno juega? Nada de eso existe para mí. Yo tengo fe, fe en la virgen, fe en la iglesia, fe en ese alegre vendedor de velas que se traga mi billete con una amplia sonrisa, fe en ese sacerdote bonachón que me está hablando, ¿que dice?, ¿por los tobillos los dejo mejor? Muy bien, pues pantalones a los tobillos porque tengo fe.
Y ya los hay que aparecen sin pantalones; soy voluntario mi tiempo es suyo, ¿Por qué ayudar a los pobres que no pueden comer si puedo venir a ayudar a viejas enjoyadas que piden a la virgen que les cure del reuma?, soy voluntario porque tengo fe. Cuando uno tiene fe, es que ya entendió el mensaje divino.
Y así es como el negocio de la fe baja cada vez más pantalones. Pero insisto, el decorado les quedó realmente precioso.

1 comentario:

yeimi dijo...

Por desgracia muchas cosas se han convertido en un simple mercado, y no sólo el de la fe.
Gente que sólo se dedica a alardear, a enjoyarse, a mostrarse al mundo, a decir mira donde fui. Desgraciadamente eso hacer perder el verdadero valor de las cosas, el verdadero sentido de porqué se hacen las cosas. Y la fe es algo que nunca debería sucumbir a don dinero, a mira cuantas joyas llevo, sino que debe ser algo nuestro, tanto si se tiene como si no.
Fe no es dejarse mangonear, es un sentimiento de cada uno. Y cada persona debe ser consecuente con ello. Fe no es comprarse una vela, o irse a...Fe es algo más.Y aun así, siempre sin perder la perspectiva de que cada uno se va creando su vida, que es él quien toma las decisiones y que cada uno tiene pensamiento propio.